-Concurrida fiesta al estilo “back in time” con karaoke, comida y mucha bebida
-Díaz Mena se olvida de quejas y protestas y mejor baila y canta
Mérida, Yucatán, 20 de agosto de 2019.- Muy festejado estuvo el súperdelegado federal “Huacho” Díaz con motivo de su cumpleaños, el pasado 16 de agosto, que hasta repartió pastel, sandwichón y refrescos en la entrega de apoyos de bienestar social a los adultos mayores, quienes sentados a las puertas de la expenitenciaría Juárez fueron mudos testigos del mucho amor que le prodigan los servidores de la nación a su jefe.
Y es que cuando se trata de festejar, “Huacho” Díaz Mena no se mide ni piensa en la “austeridad republicana”, ya que además del pastelito con el pueblo, en su casa de San Felipe organizó varias fiestas y una hasta con temática “Back in Time”, donde hubo karaoke, bailes y mucha bebida.
Y es que hay que aprovechar que cuando se está en el poder hay muchos amigos con los cuales festejar y mucho presupuesto del cual disponer.
Atrás quedaron las protestas de los pescadores que pasan por una crisis; tampoco era el momento de atender las quejas de maestros que aseguran fueron mal calificados en las pruebas para conseguir una plaza; y menos hay que preocuparse por el descontento al interior de Morena, donde los llamados verdaderos militantes acusan a Díaz Mena de prepotencia, de colocar a sus amigos del PRI y del PAN en puestos de mando y de hacer a un lado a los que de verdad han trabajado por el partido.
Tampoco era momento de preocuparse de las advertencias de la presidenta del Consejo Nacional de Morena, Bertha Luján Uranga, que en su visita a Mérida advirtió que los oportunistas, corruptos y deshonestos serán depurados para quedar los que verdaderamente han trabajado desde el inicio, cuando estaban “sin un quinto, sin estructura, sin nada”.
Era el momento de celebrar que poco a poco “Huacho” Díaz se apodera del partido y ya teje redes para que en las próximas asambleas para designar consejeros y delegados para la convención que elegirá a la nueva directiva nacional le permita colocarse en posición privilegiada y obtener algún cargo que pague jugosos sueldos o permita realizar atractivos negocios, quizá de tierras con sus a amigos especuladores, como Alfonso “Mosco” Pereira.
Y ya entrado en copas, y haciendo gala de su espíritu bohemio, “Huacho” cantó, bailó, se tomó fotos, contó chistes y amarró alianzas, pues para el que es político oportunista todo evento es para sacar raja, afianzar posiciones y pactar acuerdos, como el que lo llevó a agenciarse la candidatura de Morena a la gubernatura, cuando ni siquiera era miembro del partido.
Sin embargo, ya pasada la algarabía, “Huacho” Díaz se enfrenta de nuevo a quejas y acusaciones de nepotismo, falta de control y corrupción en los programas de reparto de apoyos, condicionamientos a beneficiaros y abusos de poder.
Tal parece que al delegado del presidente Andrés Manuel López Obrador no le deja de llover y ya siente pasos en la azotea y ni el tempo que se dio para celebrar en grande su onomástico 45 sirvió para calmar las cosas. Por el contrario, parece ser la calma que presagia la tormenta y que puede ahogar las ambiciones del súperdelegado de la Cuarta Transformación, la cual aún no se ve en Yucatán.