-La legisladora priista-verde demuestra cada vez más su desapego con la democracia, la legalidad y los derechos humanos
Ciudad de México, 13 de noviembre de 2019.- Como una muestra más de su desapego de los procesos legales y democráticos, los cuales ha aprendido muy bien como militante del PRI, la senadora yucateca Verónica Camino Farjat avaló la imposición de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y aplaudió que haya rendido protesta ilegalmente para el cargo en el recinto del Senado de la República.
En medio de gritos y protestas por las ilegalidades durante la elección para designar la titularidad de la CNDH, la priista Verónica Camino, quien llegó al senado por enredos políticos que la llevaron al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aplaudió la ilegal elección de Piedra Ibarra, quien por ser militante de Morena y por ética era inelegible al cargo.
A pesar de este fraude contra la CNDH, Rosario Piedra rindió protesta ante el Senado, acto que fue grabado con su celular por la senadora yucateca y luego lo subió a las redes sociales, orgullosa de ser testigo de ese acto que, ya desde su origen, mancha a la CNDH y pone en tela de juicio la imparcialidad de ese órgano, además de poner riesgo el verdadero respeto a los derechos humanos.
Este aplauso de Camino Farjat a la pérdida de independencia de la CNDH demuestra que no ha olvidado su origen priista y al más viejo etilo del tricolor ahora apoya, a través del partido verde, la destrucción de la CNDH mediante una sucia jugada, como a las que está acostumbrada y que la han llevado a trepar políticamente, sin importar a quien pise.
No hay que olvidar que la llegada de Verónica Camino al Senado se dio tras traicionar a su compañera en el Congreso, Celia Rivas, y para asegurarse el cargo y mediante un enredo político se inscribió por el Partido Verde, pero sin dejar sus mañas al más viejo estilo del PRI.
Incluso, la clase obrera se siente traicionada por la priista pues se dice que está vinculada con la CATEM (Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México), cuyo trabajo es más político que laboral y busca acabar con los antiguos sindicatos obreros poniendo en riesgo los derechos de los trabajadores.