-Como director de Transporte se le acusó de tráfico de influencias y robo de placas de taxis foráneos
-Como alcalde de Bokobá ejerció gran nepotismo y manejó el dinero a su antojo
Bokobá, Yucatán, 13 de mayo de 2020.- El exdiputado local y exalcalde de Bokobobá, el priista Henry Sosa Marrufo, pretende dar clases de moral sin mirar la larga cola de corrupción que ha arrastrado desde que en 2009 se inició en la administración pública y que tuvo uno de sus máximos puntos cuando fue director estatal de transporte en 2012 y fue acusado de tráfico de influencias y de usar placas de taxi foráneas en la ciudad de Mérida.
Quien fuera presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado de 2015 a 2018, y tras varios cargos públicos se convirtió en “rico ganadero”, ha llamado sinvergüenzas a los diputados que están a favor de aprobar el plan estatal de reactivación económica para afrontar la crisis del Covid-19 que ha dejado miles de desempleados y comercios cerrados.
Sin embargo, el que no tiene vergüenza es Sosa Marrufo, quien siempre ha estado involucrado en turbias acciones desde que en 2009 se inició en los cargos públicos y por lo que se ha hecho de dinero. Gracias a esa corrupción, por ejemplo, adquirió un rancho de cría de ganado.
Apenas el año pasado puso a la venta 17 toros de media tonelada de peso, y al ser cuestionado sobre si ese ganado ere fruto de los “moches” y corruptelas en su haber, respondió cínicamente a sus críticos que si querían una parte.
Sosa Marrufo fue alcalde de Bokobá de 1995 a 1998, cuando encabezó una administración de nepotismo en la que acomodo a su familia y amigos. Posteriormente, de 2015 a 2018, su hermana Lízbeth Noemí también fue alcaldesa, al mismo tiempo que él era diputado local en el mismo distrito. En el colmo del cinismo, su hermano José Abimael Sosa Marrufo fue de los que recientemente solicitaron el apoyo de desempleo.
Henry Sosa fue acusado en 2012, cuando era director estatal de Transporte, de cometer tráfico de influencias al permitir que en Mérida circulen taxis que fueron matriculados para el servicio en otros municipios. La denuncia la hizo José Antonio Cabañas Pérez, un transportista foráneo.
Cabañas Pérez dijo en su momento que envió un escrito al entonces gobernador Rolando Zapata Bello, en el cual le señaló que Sosa Marrufo detenía sin razón unidades foráneas para llevarlas al corralón, quitarles las placas y colocarlas en taxis de la ciudad.
Sosa Marrufo desde 2009 trabajaba en la Dirección de Transporte y desde esa época ya estaba involucrado en cobros ilegales a los taxis foráneos, menos a los de la CTM.
El denunciante señaló que con el inicio del gobierno de Zapata Bello, Sosa Marrufo comenzó a detener a los taxistas que operaban fuera de ruta para aparentar que hacía su trabajo; pero no “tocó” a los que están afiliados a la CTM y que también laboran de manera irregular, pero que han sido privilegiados desde 2009, cuando el ex alcalde de Bokobá fue nombrado funcionario estatal.
En el escrito dirigido al exgobernador Zapata Bello y al exsecretario general de Gobierno, Víctor Caballero Durán, Cabañas Pérez explicó a detalle casos de corrupción cometidos por Henry Sosa, quien cobraba la “colaboración” a través de su chofer de apellido ”Trujeque”.
Entre los documentos que entregó para corroborar las anomalías, adjuntó la copia certificada de una tarjeta de circulación que hace referencia a la playa 37-84 YSA, correspondiente a una Ford Van de taxi foráneo; sin embargo, esas mismas láminas estaban en un vehículo Nissan de la cooperativa Surty, antes Taxímetros de Mérida, la cual trabaja en Mérida.
Una situación similar ocurrió con las placas 37-13 YSA, que también corresponden a un taxi foráneo y se actualizó como 37-13 YSB. Esas láminas se utilizaron en una unidad Sentra para el servicio en Mérida.
Sosa Marrufo pretende ahora dar clases de moral, pero su largo historial de corrupción lo coloca el como un político corrupto que se aprovecha de todos los puesto que ocupa.