-El sacerdote, de 96 años, recibió la visita de su hermano del 18 al 22 de junio
Ratisbona, Alemania, 1 de julio de 2020.- Ha muerto en Ratisbona (Alemania) a los 96 años de edad el único hermano vivo del papa emérito, ya que su hermana María falleció en 1991 y no pudo despedirse de ella.
Ambos hermanos han estado siempre muy unidos; de hecho, fueron ordenados juntos en Múnich en 1951 en la solemnidad de san Pedro y san Pablo. Se vieron por última vez en el reciente viaje de Benedicto XVI a Alemania.
El pasado 18 de junio, el papa emérito voló junto a su inseparable secretario personal, George Gänswein, para visitar a su hermano enfermo. A sus 93 años, volaba por primera vez desde su renuncia en febrero de 2013 en un avión privado que salió de Ciampino y que le llevó hasta Münich.
Los hermanos llevaban más tiempo sin verse del habitual, puesto que debido a la pandemia del Covid-19, este año Georg no se había podido desplazar al Vaticano para pasar la Pascua con Benedicto XVI en el monasterio Mater Ecclesiae.
Visita de Benedicto XVI a Alemania
Aunque la visita fue de corte estrictamente familiar y privado, trascendieron algunos de los encuentros y actividades que desarrolló el papa emérito. Benedicto XVI pudo celebrar la misa en la habitación de su hermano. Además, tuvo un momento de oración en en el cementerio de Ziegetsdorf, en la tumba donde reposan sus padres y su hermana mayor.
También visitó, en la localidad de Pentling, a las afueras de Ratisbona, la casa en la que residió como profesor universitario entre 1969 y 1977, antes de ser nombrado obispo. El edificio acoge actualmente el Instituto Benedicto XVI. Así, el papa emérito pudo rezar ante las reliquias de san Wolfgango de Ratisbon en la catedral.
Benedicto XVI regresó el 22 de junio al Vaticano. En el aeropuerto de Múnich despidió a Benedicto XVI de su tierra natal Markus Söder, jefe del Gobierno de Baviera y presidente del partido Unión Socialcristiana (CSU) bávaro, formación hermanada con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, Angela Merkel. Söder, que regaló al Papa emérito varios productos alimenticios típicos de la región, calificó de “conmovedor” su encuentro con el anterior Pontífice, que le había transmitido su bendición a Baviera.