Ciudad de México, 8 octubre de 2020 (Agencias).- El científico mexicano Mario Molina, ganador del Premio Nobel de Química en 1995, murió el miércoles 7 a los 77 años de edad.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confirmó a través de sus redes sociales que el reconocido químico falleció a causa de un infarto.
Hace 25 años, Molina fue uno de los galardonados con el Nobel por sus investigaciones sobre la química atmosférica y el agujero en la capa de ozono.
A lo largo de su trayectoria, destacó como uno de los científicos más reconocidos a la hora de investigar y alertar sobre las consecuencias del cambio climático.
“Parte siendo un mexicano ejemplar que dedicó su vida a investigar y a trabajar en favor de proteger nuestro medio ambiente. Será siempre recordado con orgullo y agradecimiento”, destacó en un comunicado el Centro Mario Molina fundado por él mismo.
Molina fue uno de los únicos tres mexicanos que ha logrado un Premio Nobel, junto a Alfonso García Robles (Nobel de la Paz en 1982) y Octavio Paz (Nobel de Literatura en 1990).
Molina, quien nació en México en 1943, pasó su infancia jugando con tubos de ensayo y pociones en el baño de su casa reconvertido en laboratorio de química.
En 1965, se graduó como ingeniero químico en la UNAM y comenzó una trayectoria que lo llevó a distinguirse como uno de los principales investigadores de la química atmosférica en el mundo y uno de los científicos mexicanos más reconocidos de la historia.
Él fue quien descubrió que los gases industriales conocidos como CFC (clorofluorocarbonos) eran los culpables de acabar con el ozono que protege a la Tierra de los rayos solares ultravioletas.
Gracias al trabajo de Mario Molina, los aerosoles ya no se producen con los gases que destruyen la capa de ozono.
Gracias a su investigación junto a los doctores Paul Crutzen y Sherwood Rowland, 197 naciones firmaron en 1987 el Protocolo de Montreal de la ONU, uno de los tratados ambientales más exitosos y responsable de la eliminación progresiva de sustancias que dañaban la capa de ozono.
Múltiples reconocimientos
Al frente del centro que fundó en 2004 y lleva su nombre en México, Molina en México se centró en tratar de mejorar la calidad del aire y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en urbes con tanta polución como Ciudad de México.
Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias y del Instituto de Medicina de Estados Unidos. Durante ocho años fue uno de los 21 científicos que formaron parte del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología del expresidente Barack Obama, un cargo que también había ocupado en el período presidencial de Bill Clinton.
Su espectacular trayectoria profesional le valió numerosos reconocimientos como más de cuarenta doctorados Honoris Causa y el Premio Sasakawa de Naciones Unidas en 1999. También fue el primer mexicano en recibir la Medalla Presidencial de la Libertad de EE.UU.
En sus últimas apariciones públicas, Molina abogó por el uso obligatorio del cubrebocas como una de las medidas más efectivas a la hora de reducir el riesgo de contagio de covid-19.
“Pero sabemos que los presidentes en EE.UU. y en México no acostumbran hacerlo, y eso es por falta de información científica. Porque la información ya está muy clara y es importantísimo darle el mensaje a la sociedad que sí tenemos la solución, sí podemos controlar el crecimiento”, señaló en una conferencia el pasado mes de agosto.