
Más de 9 mil aspirantes no lograron ingresar a la UADY este ciclo; instituciones particulares ofrecen becas, flexibilidad y rápida inserción laboral
Mérida, Yucatán, 3 de julio de 2025.– Cada año, miles de jóvenes yucatecos enfrentan la incertidumbre de no ser admitidos en universidades públicas de alta demanda como la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Para muchos, este escenario puede significar una pausa forzada en sus estudios. Sin embargo, las universidades privadas se están consolidando como una alternativa viable y accesible para continuar con la formación profesional.
De acuerdo con el Anuario 2024 de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en Yucatán más estudiantes cursan estudios superiores en instituciones particulares (47,333) que en públicas (44,586), lo que evidencia el rol protagónico del sector privado en la educación superior del estado.
Un ejemplo es la UADY, que recibió más de 15 mil solicitudes para el ciclo 2025-2026, pero solo admitió a 5,378 aspirantes. Esto deja fuera a más de 9 mil jóvenes, quienes ahora deben buscar otras opciones para no interrumpir su preparación académica.
Instituciones como el Instituto Metropolitano para la Educación y la Tecnología (IMET Mérida) ofrecen una alternativa sólida con licenciaturas en Administración de Empresas, Derecho y Contabilidad Financiera, en modalidades Escolarizada y Ejecutiva, pensadas para quienes trabajan y estudian simultáneamente.
“Nuestro propósito es formar profesionistas capaces de destacar tanto en el ámbito laboral como en el emprendimiento, lo que eleva sus probabilidades de éxito y de alcanzar una mejor calidad de vida”, expresó la Mtra. Alejandra Patrón Puerto, directora del IMET Mérida.
La institución brinda inscripción gratuita y becas de hasta el 50% para quienes hayan presentado el examen de ingreso a la UADY, sin importar el resultado, facilitando así su ingreso al próximo ciclo escolar que inicia en septiembre.
Ubicado en la Gran Plaza, el IMET cuenta con espacios modernos como coworking, cabina de pódcast y laboratorios tecnológicos, además de un modelo cuatrimestral que permite titularse en tres años y obtener cédula profesional de forma automática.
Con estas condiciones, las universidades privadas continúan desempeñando un papel esencial en la cobertura educativa del estado, ofreciendo calidad, accesibilidad y oportunidades reales para miles de jóvenes.